La psiconeuroinmunología
El término psiconeuroinmunología lo acuñaron en 1975 el psicólogo Robert Ader y el inmunólogo Nicholas Cohen tras demostrar, en un experimento realizado en la Universidad de Rochester, la relación entre sistema nervioso e inmunitario o, dicho de otra forma, de como las emociones pueden afectar a nuestro sistema inmune y a la inversa.
Para entender en qué consiste exactamente esta disciplina y de qué forma puede ayudarnos a mejorar nuestra salud, Saber Vivir ha entrevistado a Xevi Verdaguer, director del Instituto Psiconeuroinmunología y organizador, junto con la Fundación Jaime Planas de Clínica Planas, del I Congreso sobre Evidencia Científica en Psiconeuroinmunología.
¿Cuál es el objetivo de la psiconeuroinmunología?
Comprender el mecanismo por el cual se desencadenan las enfermedades, sobre todo las patologías crónicas. Y esto se hace desde un enfoque multidisciplinar (holístico).
La psiconeuroinmunología parte de la base de que las emociones, el estrés, la ansiedad o la depresión provocan cambios tanto a nivel de sistema hormonal como del inmunitario.
Y, a su vez, considera que el sistema nervioso, el inmunitario y el endocrino interaccionan con las bacterias de nuestro intestino. Por tanto, estos tres sistemas están condicionados directamente por el estado de la microbiota intestinal.
¿Cómo se explica esa relación entre emociones, sistema inmune...?
Cuando las células del sistema inmune fabrican sustancias inflamatorias por la causa que sea (por ejemplo al contraer el virus de la gripe), provocan una reducción de los niveles de serotonina y dopamina, dos sustancias muy relacionadas con el estado de ánimo.
Por eso cuando tienes la gripe te notas cansado, decaído, no puedes pensar con claridad, te sientes dolorido... Esto es debido a la inflamación que provoca el virus y que, a su vez, reduce las dos sustancias nombradas anteriormente. Y lo mismo que ocurre con el virus de la gripe sucede con otros microorganismos: hay gente que tiene reactivaciones virales, o por parásitos o bacterias, que dan lugar a decaimiento y falta de vitalidad.
Esta relación también se produce a la inversa: los estados inflamatorios afectan de forma negativa al ánimo; pero un bajo ánimo causado por estrés (no por causas inflamatorias) aumenta los niveles de histamina y puede favorecer el estreñimiento o el colon irritable.
¿Qué papel juega la microbiota en todo esto?
La dopamina y la serotonina se fabrican en un 80% en el intestino. Por tanto si hay inflamación en esta zona se produce una menor cantidad de estas sustancias.
¿Y por qué se inflama el intestino?
Por falta de diversidad bacteriana. En el intestino es donde más microorganismos tenemos y el desequilibrio entre ellos es que el puede disparar o iniciar una patología inflamatoria.
Cuando tu intestino está bien porque no hay un sustrato inflamatorio tienes una buena fabricación de serotonina y dopamina.
Pero cuando hay una alteración del equilibrio de las bacterias, los hongos o los parásitos intestinales y te provocan infecciones, el intestino se inflama y esto afecta al cerebro. Por eso, por ejemplo, cuando sufres estreñimiento notas que te falta energía, tienes más despistes o sientes ansiedad. Es la relación intestino-cerebro.
¿Qué enfermedades son las que más se relacionan con una microbiota alterada?
Trastornos como la ansiedad, la depresión o una menor adaptación al estrés se asocian a una flora intestinal desequilibrada.
También se ha observado que las personas que tienen parásitos intestinales liberan mucha histamina y tienen más problemas del sistema inmune como alergias primaverales. Y se ha visto que cuando se elimina ese sobrecrecimiento de parásitos mejora la alergia.
Enfermedades autoinmunes como la tiroiditis de Hashimoto, la artritis reumática, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa también se relacionan con un desequilibrio de la microbiota por virus, bacterias u hongos.
¿En qué trastornos ha dado mejores resultados la psiconeuroinmunología?
En el tratamiento de la depresión, el dolor menstrual, el estreñimiento, la colitis ulcerosa o las migrañas. En general, los problemas hormonales y digestivos que se acompañan de dolor crónico y bajo estado de ánimo son los que mejor aborda la psiconeuroinmunología.
Una vez identificado el hongo, el virus, el parásito o la bacteria que provoca el desequilibrio en la microbiota, se trata de corregir ese sobrecrecimiento para que la inmunidad recupere su actividad normal. Para ello se utilizan fármacos, pero también es clave el trabajo en equipo de nutricionistas, psicólogos o psiquiatras.
Fuente: Por Soledad López, periodista especializada en salud, publicacion de fecha 14 de marzo del año 2018
Disponible en: www.sabervivirtv.com
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